Patrimonio cultural
A partir del siglo XI, la Alpujarra vuelve a tener cierto protagonismo, debido a la importancia comercial que adquirió el nuevo puerto de Almería: una buena parte de su territorio se siembra de moreras, compitiendo la seda alpujarreña con las mejores de Oriente.
El momento más fecundo será en los siglos XIV-XV, con una formidable producción de sedas, productos de huerta, vino, frutos secos, esencias aromáticas… que salen hacia el interior o al mar, en muchos casos como pago de impuestos de los reyes nazaríes a los castellanos.
Debido a esta época de esplendor todavía hoy se pueden ver algunos de los productos que cultivaban en esa época como las moreras. Las moreras son árboles que pueden alcanzar unos 15 metros de altura, sus ramas son de color grisáceo, empiezan a florecer con la entrada de la primavera, sus hojas sirven de alimento para los gusanos de seda, cuyos capullos son utilizados para la fabricación de seda. Debido a la gran cantidad de moreras que había, aquí encontramos restos de una antigua fábrica de seda dotada de un arco morisco todavía intacto.
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