Antiguamente se criaban y se cebaban muchos cerdos para el abastecimiento familiar durante todo el año. Los productos de la matanza eran una pieza importante en esta zona. Los cerdos eran alimentados con productos del campo y restos de las comidas familiares: maíz, frutas, patatas cocidas… La matanza del cerdo, que casi ha desaparecido se realiazaba principalmente en el mes de diciembre para aprovechar el frío reinante. Durante estos días solía correr el vino del terreno, el aguardiente, el puchero de col, la asadura con patatas y cebolla, las sopas de pimentón… Las mujeres se encargaban de comprar en las tiendas todo lo necesario para elaborar los embutidos. Las tripas de los cerdos que se usaban para lo embutidos eran lavadas por las mujeres en las fuentes, esta acción es conocida en el municipio como “lavar el menuo”. En el ritual de la matanza, no podían faltar las cebollas, los pimientos, las especias… Las morcillas después de su coción eran colgadas en cañas y palos (conchales) al aire libre para que se secaran lo que aquí se conoce como “orear”. En las camaras de las casa se cologaban las tripas de longaniza, chorizo, salchichón, salchicha…. Las costillas, morcillas y otros productos se guardaban en orzas de barro con aceite para que aguantaran durante todo el año. Durante los días que duraba la matanza a los/as niños/as los adultos les construían un columpio lo que aquí se conoce como “meceor”, se trataba de unas jornadas de fiesta ya que en ellas participaba toda la familia y vecinos/as e incluso algunas veces quien tenían familiares fuera del municipio la dejaba para el fin de semana para que estos pudieran acudir.
Stellungnahmen
★★★★★
Audio